Ya está aquí la primavera, la estación de días soleados y noches frescas, en la que miramos el sol desde la ventana de la oficina contando los minutos para salir a tomar algo con nuestras amigas. Esta época del año te permite desarrollar tu creatividad con el ‘layering’ (la superposición de ropa y joyas) para estar cómoda tanto en interiores como en exteriores. Y como nuestro objetivo principal es estar a gusto en cualquier situación, tener un maquillaje adecuado resulta de gran ayuda.
Con los cambios de temperatura de esta estación, es bastante probable que un maquillaje cargado acabe cuarteándose. Por eso, un ‘look’ más natural y minimalista te resultará más sencillo de llevar y será mucho más duradero. Este maquillaje se basa en utilizar el mínimo número de productos posible para conseguir un ‘look’ fresco y radiante. Se trata de potenciar nuestras facciones naturales y corregir pequeñas imperfecciones, sin crear un efecto máscara.
Como ya hemos dicho antes, cuantos menos productos mejor. A continuación, te dejamos los grandes básicos que más nos gustan.
Es esencial para preparar la piel antes de aplicar el maquillaje, porque si no puedes sufrir esa temida sensación de tirantez. Elige una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel sobre todo si la tienes sensible, porque además de protegértela del maquillaje, te la hidrata. El ‘primer’ viene después, a modo de doble refuerzo, para que la piel absorba bien la base y los diferentes productos que te pongas.
Tip: Recomendamos que la crema lleve protección solar (SPF). No te saldrán manchas en la piel y, a la hora de aplicar el maquillaje, no afecta en absoluto al resultado final.
La base ayudará a que tu piel tenga un mejor aspecto. Si necesitas unificar el tono de tu piel, ya que todas tenemos partes más oscuras, opta por una base de maquillaje ligera y de acabado natural. Para elegir la base ten en cuenta la textura de tu piel: grasa, seca o mixta.
Tip: No abuses de ella, puede acabar deshaciéndose en pequeñas bolitas sobre todo en la zona cercana a la raíz del pelo.
Tu mayor aliado. Es más grueso que la base, y se usa para camuflar ojeras, granitos y otras pequeñas imperfecciones. Hay tres tipos de corrector: el lila, que es ideal para imperfecciones de pigmentación amarillenta como pequeños hematomas u ojeras vasculares (comunes en personas con la piel fina y clara); el verde, que corrige las tonalidades rojas de la piel como acné, venitas u ojeras pigmentadas (mucho más oscuras, las más comunes por falta de sueño); y el naranja, que corrige las pequeñas manchas marrones o las pecas.
Tip: Busca un corrector más claro que tu tono natural de la piel o de la base que estés usando. Así le aportarás más luz y brillo a tu piel.
¿Quién no querría estar bronceada todo el año? Para la mayoría de nosotras esto es imposible, así que un toque de ‘bronzer’ te ayudará a esculpir tu rostro y darle un aspecto más saludable y morenito. Aplícalo en las zonas de tu cara donde los rayos de sol tienen más impacto, es decir, la frente, los pómulos, la nariz y el mentón.
Tip: No te excedas de cantidad porque quedará muy artificial. Difumínalo y extiéndelo bien para que quede uniforme.
El colorete le aportará calidez y vida a tu rostro. Aplicándolo en tus mejillas, te realzará el rostro. Elige un colorete en tonos rosados o melocotón, lo que prefieras según tu estilo.
Tip: lo puedes encontrar tanto en polvos como en crema. Los polvos suelen ser más intensos y menos duraderos que el colorete en crema, pero si buscas ligereza mejor decántate por los primeros.
La máscara de pestañas es un tema complicado. Cada una tiene un tipo de pestañas diferente, por lo que es complicado dar directrices generales. Pero principalmente hay que fijarse en dos cosas: el cabezal y el espesor del producto. Si quieres curvatura, un cabezal curvado te dará ese efecto ‘lifting’ que buscas. En cambio, si lo que quieres es darles grosor a tus pestañas, un cabezal grande y grueso es lo que necesitas. Por otra parte, puedes elegir una con un acabado más intenso o más natural.
Tip: nosotras defendemos una máscara de pestañas con producto ligero, ya que si tienes que llevarlo puesto todo el día tus pestañas se resentirán y notarás los ojos cansados.
El labial es el toque final del maquillaje. Un labial ‘nude’ o en tonos rosados es perfecto para completar un maquillaje natural. También puedes no darles color y solo aplicarte un ‘gloss’ o una vaselina que te aporte un poco de brillo.
Tip: Te pongas lo que te pongas, fíjate en que también hidrate los labios. Esto es muy importante, sobre todo en primavera con los cambios de temperatura y el viento, que resecan la zona.
Corrige imperfecciones: Utiliza un corrector para camuflar ojeras, granitos y otras pequeñas imperfecciones, y darle luminosidad al rostro. Con otra esponja, utiliza la misma técnica que para la base. Como consejo, siempre dale toques desde la parte de debajo de la cara hacia arriba. Parece que no, pero sobre todo en las ojeras se nota el ‘lifting’ solo con que apliques el producto de esta manera.
Aplica colorete: Aplica un colorete en las manzanas de las mejillas. Con una brocha más pequeña que la del ‘bronzer’, coge el producto y aplícalo desde la parte más cercana a la nariz hasta la más cercana a la raíz del pelo. Así pasará como con el corrector: tu rostro se sentirá más estirado.
Riza y define tus pestañas: Riza tus pestañas y aplica una máscara de pestañas natural. Si no tienes rizador, un cabezal con forma curva te dará la forma que buscas. El ‘rimmel’ le aportará fuerza a tu mirada.
El maquillaje natural y minimalista es una forma sencilla y elegante de realzar tu belleza natural. Con un poco de práctica, podrás conseguir un look perfecto para cualquier ocasión.
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